Presentación
El Plan Marco para el desarrollo de una escuela inclusiva (2019-2022), insiste en que la intervención educativa debe contemplar los derechos de todas las personas y en que ha de garantizar desarrollar al máximo las potencialidades de todo el alumnado. Dado que uno de los retos estratégicos del sistema educativo es la atención a la diversidad, esta respuesta prevé la atención al alumnado con altas capacidades intelectuales desde una perspectiva amplia e inclusiva.
En el Plan de atención educativa al alumnado con altas capacidades intelectuales (2019-2022) se hace hincapié en que la práctica educativa debe ser flexible e incorporar medidas específicas para dar respuesta a necesidades emergentes. Esto supone trabajar especialmente y en profundidad un ámbito determinado, en este caso, el del alumnado con altas capacidades, para procurar propuestas adecuadas a sus necesidades y coherentes con la escuela inclusiva y la convivencia positiva.
Es responsabilidad del sistema educativo establecer las medidas necesarias para ofrecer una adecuada respuesta al alumnado con altas capacidades intelectuales. Así mismo, corresponde al profesorado, al propio alumnado, a sus familias y a otros agentes corresponsabilizarse para que la respuesta revierta con éxito en el alumnado.
Es importante poner de relieve la necesidad de la detección e identificación del alumnado de altas capacidades para una respuesta educativa ajustada. En efecto, el alumnado con alta capacidad que no es identificado por mostrar bajo rendimiento y/o disponer de niveles elevados de creatividad, tienen mayor riesgo de mostrar bajos niveles de bienestar psicológico, sufrir fracaso escolar, rendir por debajo de sus posibilidades y que su talento no florezca en la edad adulta (Kroesbergen et al., 2016).
El alumnado con altas capacidades dispone de la oportunidad de desarrollar su potencial y mejorar su rendimiento escolar si se adapta la educación a sus necesidades específicas (Dixon, Yssel, McConnell y Hardin, 2014; Kroesbergen et al., 2016; Pérez, 2006; Pérez y Betrán, 2010; Schmitt y Goebel, 2015; Subotnik et al., 2011; VanTassel-Baska, 2015; Van Tassel-Baska y Brown, 2007).
Principios de intervención
1. Principio de Inclusión. La escuela inclusiva es aquella que garantiza el acceso universal a una educación de calidad, y la que promueve que la totalidad del alumnado alcance el mayor nivel de desarrollo de las competencias para la vida, en un espacio común de aprendizaje y convivencia positiva.
2. Principio de prevención y detección temprana. La detección temprana de las necesidades educativas es la base de una actuación eficaz. Para ello los centros educativos extremarán las medidas de vigilancia del desarrollo al comienzo de la escolarización, sobre todo, en Educación Infantil, en el marco de una atención integrada. La detección e identificación temprana y multidimensional de los diversos perfiles de alta capacidad intelectual y sus necesidades educativas, favorece el diseño de intervenciones educativas personalizadas, inclusivas y eficaces, orientadas a la optimización de su desarrollo, a la promoción de su bienestar y al alto rendimiento a largo plazo.
3. Principio de participación y colaboración. El sistema educativo promoverá una red de soporte en torno a la respuesta al alumnado con altas capacidades para ofrecer una respuesta integrada. Para ello, contará con las instituciones que intervienen en el proceso educativo, las familias de sus alumnado y cuando corresponda, con los servicios sociales de base o especializados de las Diputaciones Forales y con los profesionales sanitarios.
4. Visibilidad de género. Desde el principio de equidad, la respuesta al alumnado debe ajustarse a sus necesidades. Para ello, en el marco de este plan se responderá de manera diferencial atendiendo a la diversidad y en concreto, a la diversidad de género desde las edades más tempranas ya que los estudios realizados en este campo muestran de manera reiterada la menor presencia de alumnas identificadas con altas capacidades.
5. Flexibilización y personalización de la intervención educativa. En el desarrollo del talento y la excelencia del alumnado, la educación debe implicarse activamente para conocer quiénes son sus escolares más capaces, cuál es el potencial para el aprendizaje y qué medidas educativas esenciales debe adoptar. Se necesita una respuesta educativa personalizada, ágil e inmediata capaz de responder a las necesidades educativas de cada estudiante. Desde la medida de la flexibilización, la escuela personaliza los itinerarios de aprendizaje de los estudiantes.
6. Personalización y diversificación de la enseñanza. En la educación inclusiva personalizar y diversificar tiene que ver con asegurar para el alumnado oportunidades de tener experiencias educativas y de aprendizaje que se ajusten a sus necesidades e intereses, motivaciones y capacidades y deberán suponer en cualquier caso opciones diversas que les permita alcanzar el máximo desarrollo de las competencias transversales y disciplinares.
7. Formación de los agentes educativos. Para realizar una intervención acertada y eficaz se hace indispensable conocer aquellos aspectos fundamentales sobre al alumnado con altas capacidades. Por ello, todos los agentes que vayan a participar en dicha intervención deben recibir una formación ajustada y actualizada a través de la cooperación y responsabilidad compartida entre los distintos agentes educativos y de los servicios de apoyo del Departamento, la Inspección de Educación, el ISEI-IVEI y, en su caso, con la colaboración de la Universidad o la intervención de otros agentes específicos. La formación velará por el desarrollo de actitudes inclusivas y respetuosas hacia las características, potencialidades y debilidades del alumnado con alta capacidad y procurará el desarrollo de acciones que mejoren su participación en el aula tanto académico, social como emocional.
8. Evaluación y seguimiento. La intervención con el alumnado con altas capacidades debe considerar diversas opciones para facilitar el avance en el proceso educativo. En este contexto, la evaluación de las medidas adoptadas y procedimientos aplicados, la evaluación del desarrollo del alumnado así como sus niveles de bienestar personal y social deberán ser imprescindibles para ajustar los procesos a las necesidades de este alumnado. La evaluación es por tanto un elemento de apoyo para la revisión y adecuación de la intervención educativa con este alumnado.
9. Especial atención a los diferentes tránsitos. Se tratará de coordinar las diferentes actuaciones que deberán llevarse a cabo para ofrecer una respuesta educativa adecuada a las necesidades que plantean los alumnado, así como sus familias, al pasar de la etapa infantil a primaria, o desde esta, a secundaria.
Más información en...
-> Orientaciones educativas. Alumnado con altas capacidades intelectuales (2013)