Dificultades en matemáticas: discalculia

¿Qué es, en qué consiste?

La discalculia es un trastorno del aprendizaje que afecta a la habilidad de una persona para comprender y manejar conceptos matemáticos. A menudo pasa desapercibida o se confunde con dificultades generales en matemáticas. Sin embargo, es importante comprender que la discalculia no es simplemente una dificultad en el cálculo, sino un problema más amplio que afecta la comprensión numérica, el razonamiento matemático y la fluidez en el manejo de números.

Este trastorno no se debe a un déficit del desarrollo intelectual, discapacidad sensorial (visión, o audición), trastorno neurológico o motor, falta de disponibilidad de educación, falta de dominio del idioma, de instrucción académica o adversidad psicosocial. Se trata de una condición neurológica que dificulta la comprensión de las matemáticas y tareas que involucran las matemáticas. 

¿Cuáles son las señales o indicadores que podemos observar?

En Educación Infantil: 

  • Problemas para aprender a contar, no mantiene un orden estable 
  • Dificultad para conectar un número a objetos
  • Cuando compara dos conjuntos, no sabe decidir cuál es el más grande
  • No realiza operaciones mentales simples (sumas y/o restas hasta 5)
  • No hace estimaciones pequeñas, hasta 10. ej: ¿cuántos elementos hay aquí?
  • Tiene dificultad para reconocer patrones, como del más pequeño al más grande o del más alto al más corto

En Educación Primaria

  • Tiene problemas con el valor posicional, a menudo pone números en la columna incorrecta.
  • Es posible que no entienda el lenguaje matemático o no pueda diseñar un plan para resolver un problema matemático.
  • Le resulta difícil entender frases matemáticas como:  > y  < 
  • Tiene problemas para llevar la puntuación en deportes o juegos.
  • Evita situaciones que requieran comprender los números, como jugar a juegos que involucran matemáticas: ganar/perder partidas en un juego.
  • Dificultad para calcular el costo total de los artículos comprados.
  • A medida que pasa el tiempo es frecuente que manifieste ansiedad o bloqueo hacia las tareas matemáticas ya que existe sensación de fracaso (a partir de los  6 años).
  • Bajo rendimiento en Matemáticas.
  • Utiliza mucho los dedos para contar en lugar de usar estrategias más avanzadas (como matemáticas mentales).
  • Dificultades para contar hacia atrás.
  • Le resulta muy complicado hacer cálculos aproximados.
  • Le cuesta mucho manipular cifras grandes, como centenas o miles.
  • Tiene errores de transcripción, por ejemplo, al escribir números dictados.
  • Tiene dificultad para aprender y recordar datos numéricos básicos como los vínculos numéricos, por ejemplo, 6 + 4 = 10.
  • Falta de comprensión de los signos +, -, x, :   O puede confundir estos símbolos matemáticos.
  • Tiene dificultad para reconocer que 3 + 5 es lo mismo que 5 + 3 o es posible que no pueda resolver 3 + 26 - 26 sin calcular.
  • Dificultad para  copiar o dibujar  formas; identificar figuras desde otro ángulo o perspectiva.
  • Dificultades para reconocer signos aritméticos.
  • Dificultad en el uso de operaciones aritméticas según la edad: sumas simples (2 + 4) y tablas de multiplicar.
  • Cálculo mental y memoria mecánica deficitarios.
  • Falta de adquisición del sistema de base 10.
  • Errores en la conversión de unidades de medida.
  • Errores de lógica o razonamiento: resultados incoherentes.
  • Dificultades en la comprensión de enunciados de problemas.
  • Pueden tener problemas para entender las horas o ubicarse espacialmente.
  • Verbalizan sus dificultades, en especial a partir de 3º de primaria: “No se me dan bien las matemáticas”, “no me gustan las mates”...

¿Qué podemos hacer en el aula para ayudar a estos niños y niñas?

La principal medida de intervención debería ser realizar la prevención de las dificultades matemáticas a través de la enseñanza de las matemáticas adoptando planteamientos metodológicos actuales. En este sentido, tal y como señala Alsina (2010), se aboga por un modelo de enseñanza de las matemáticas basado en el uso de contextos propios de la vida cotidiana, materiales manipulativos, juegos, recursos literarios, recursos tecnológicos, y en menor medida, libros de texto o fichas y otros recursos gráficos. Todo ello haciendo uso de diferentes agrupamientos de alumnado, promoviendo la interacción, negociación y diálogo en el aula.

De manera simultánea se apuesta por el modelo de respuesta a la intervención (RTI) (Brown-Chidsey y Bickford, 2016; Gibbons et al, 2019)  que consta de 3 niveles: en el primer nivel se adoptarían medidas y apoyos universales, en el segundo nivel, medidas y apoyos complementarios y adicionales,y en el tercer nivel, medidas y apoyos intensivos. 

En el aula, es fundamental crear un entorno inclusivo que apoye a los estudiantes con discalculia. El Diseño Universal del Aprendizaje (DUA) proporciona un marco que permite a los docentes planificar lecciones accesibles para todos los estudiantes. Según el DUA, se deben ofrecer múltiples medios de representación, expresión y participación (Alsina, 2012).

 A continuación, se presentan estrategias específicas para la intervención en el aula, utilizando enfoques respaldados por la investigación educativa:

  • Representación. Utilizar recursos visuales y manipulativos concretos (p. ej., bloques de base diez, ábacos, regletas de Cuisenaire) para facilitar la comprensión de conceptos numéricos. Estos materiales manipulativos permiten a los estudiantes interactuar físicamente con las matemáticas, haciendo más tangible y comprensible la abstracción numérica.
  • Expresión. Permitir a los estudiantes demostrar su conocimiento a través de diversos medios, como proyectos, presentaciones orales o actividades prácticas, además de los métodos tradicionales de evaluación.
  • Participación. Fomentar la participación activa mediante el trabajo en grupo, juegos matemáticos interactivos y actividades prácticas que relacionen las matemáticas con situaciones de la vida real.

 Metodología

La implementación de metodologías activas es clave para apoyar a los estudiantes con discalculia. Estas metodologías promueven la participación activa y el aprendizaje significativo:

  • Aprendizaje basado en proyectos. Los estudiantes trabajan en proyectos que requieren aplicar conceptos matemáticos a problemas del mundo real, lo que facilita la comprensión y retención de información (Alsina, 2012).
  • Utilizar juegos educativos que involucran matemáticas para hacer el aprendizaje más atractivo y menos intimidante. Juegos como los de mesa que requieren conteo, estrategia y lógica pueden ser especialmente útiles.
  • Modelado y práctica guiada. Los docentes deben modelar estrategias de resolución de problemas y luego guiar a los estudiantes a través de ejercicios prácticos, brindando apoyo continuo y retroalimentación inmediata.
  • Materiales manipulativos. Integrar el uso de materiales manipulativos en las lecciones diarias. Estos materiales permiten a los estudiantes explorar conceptos matemáticos de manera práctica, lo que puede mejorar la comprensión y la retención de información. Por ejemplo, el uso de bloques de base diez para enseñar valor posicional o regletas de Cuisenaire para visualizar fracciones (Alsina, 2012).

La evaluación

Evaluar el progreso de los estudiantes con discalculia requiere un enfoque continuo y adaptativo. A continuación, se describen algunas adaptaciones específicas y puntos importantes a considerar:
  • Adaptaciones en las evaluaciones:
    • Evaluaciones orales. Permitir que los estudiantes respondan preguntas oralmente en lugar de por escrito.
    • Tiempo adicional. Proporcionar tiempo adicional para completar exámenes y tareas.
    • Evaluaciones segmentadas. Dividir las evaluaciones largas en secciones más pequeñas y manejables.
  • Evaluaciones formativas frecuentes. Utilizar pruebas breves y observaciones continuas para monitorear el progreso del estudiante. Esto permite realizar ajustes inmediatos en la enseñanza.
  • Evaluación práctica. Incluir actividades prácticas y proyectos que permitan a los estudiantes demostrar su comprensión de manera tangible, utilizando manipulativos y ejemplos del mundo real.
  • Retroalimentación continua. Proporcionar retroalimentación inmediata y constructiva, ayudando a los estudiantes a identificar errores y corregirlos de manera efectiva.
  • Uso de tecnología. Integrar herramientas tecnológicas, como software educativo específico para matemáticas, que puedan ofrecer prácticas adicionales y apoyo individualizado.