Discapacidad motórica: tipología
En función de la localización se puede considerar la siguiente clasificación e indicar, a modo de ejemplo, algunos de los diagnósticos más frecuentes en el sistema educativo...
- Parálisis cerebral
- Daño cerebral adquirido
Parálisis cerebral
La parálisis cerebral infantil (PCI) se define como un trastorno permanente, pero no inmutable, de la postura, el tono y el movimiento por una disfunción en el encéfalo antes de completar su crecimiento y desarrollo. Conviene señalar que este daño cerebral conduce a una coordinación desajustada de la acción muscular y no a una parálisis de los músculos. Es la causa más frecuente de DM.
Tradicionalmente, se diferencian los siguientes tipos según afecta al tono muscular:
- Espástica. La lesión se localiza en la corteza cerebral y se caracteriza por la rigidez muscular. Esta espasticidad se instala poco a poco a medida que el niño madura y empieza a reaccionar frente a su desarrollo. Presentan patrones posturales anormales, articulación lenta, rostro inexpresivo. Si caminan, es típico la marcha en "puntillas".
- Atetósica. La lesión se localiza en los ganglios basales y en el haz extrapiramidal del cerebro y se caracteriza porque el tono muscular es fluctuante. Presentan movimientos involuntarios, lentos y repetitivos que se acompañan, a veces, de torsión de extremidades, cara y lengua. Si existe marcha, ésta es inestable (un andar "a trompicones") y la prensión de la mano es débil. Su habla es incoordinada y sin ritmo y suelen babear. Tienden a ser extrovertidos y con presencia de labilidad emocional.
- Atáxica. La lesión se localiza en el cerebelo, afectando al equilibrio, a la coordinación muscular y a la capacidad de regular la precisión del movimiento. Cuando caminan, la marcha es inestable y sin coordinación de brazos (tipo "Charlot"). Presentan dificultad de coordinación visomotriz, voz monótona y articulación distorsionante.
- Mixta. En la práctica se suelen encontrar más casos mixtos que puros.
El alumnado con PCI puede presentar otros trastornos asociados, en grado variable que no siempre se dan en todos los casos. Los más frecuentes son crisis epilépticas, alteraciones sensorio-perceptivas, déficits de atención, trastornos del lenguaje y del habla, problemas emocionales y retraso cognitivo.
Puede presentarse en distintos momentos:
- Prenatales: condiciones desfavorables de la madre durante la gestación. Pueden ser de tipo genético, alimenticio, metabólico, medicamentoso o tóxico.
- Perinatales: falta de oxígeno durante el parto, traumatismos...
- Postnatales: pueden ocurrir durante la maduración del sistema nervioso, generalmente en los tres primeros años de vida. Las más destacables son las infecciones (meningitis, encefalitis), los traumatismos por accidentes graves, los trastornos vasculares y las intoxicaciones.
Daño cerebral adquirido
El daño cerebral adquirido (DCA) es el daño producido en el cerebro con posterioridad al nacimiento que provoca un menoscabo de la salud y la calidad de vida de quien lo padece. Las causas que lo producen son variadas.
Considerando que el cerebro es un órgano de control de todas las funciones vitales, las lesiones que se produzcan en él pueden afectar a cualquier función del organismo en forma de secuelas físicas, psíquicas o sensoriales.
Las más importantes son los traumatismos craneoencefálicos (TCE) y los accidentes cerebro-vasculares (ACV), pero otras lesiones del cerebro como tumores, infecciones cerebrales, anoxias, etc., también son capaces de producirlo.
- Traumatismo cráneo - encefálico
Es una lesión cerebral que se produce por un impacto, pudiendo ser éste directo (golpe) o indirecto (desplazamiento de la masa encefálica).
Las consecuencias pueden ser diversas y las manifestaciones, en la práctica, son similares a las descritas en la PCI. Además, pueden aparecer dificultades emocionales ligadas a la conciencia y aceptación de la nueva situación.
- Accidente cerebro - vascular (ACV)
Es un proceso neurológico de comienzo brusco, debido a un fallo en el aporte sanguíneo, que provoca lesión cerebral y pérdida permanente o temporal de la función motriz. Se manifiesta, generalmente, con hemiplejia o hemiparesia y puede acompañarse o no de dificultades en el lenguaje.
- Tumores, infecciones cerebrales, anoxias, etc.
En síntesis, las necesidades educativas especiales (NEE) derivadas de las lesiones cerebrales afectarán a la postura, movilidad y desplazamiento, manipulación, comunicación y lenguaje, sensorio-perceptivo, personalidad, autonomía personal, y a los aprendizajes escolares.
- Espina bífida,
- Lesiones medulares,
- Poliomielitis,
- Parálisis braquial obstétrica, parálisis de nervios aislados...
Espina Bífida
Es una malformación congénita del cierre del canal vertebral, que se manifiesta por una falta de cierre o fusión de los arcos vertebrales, con el consiguiente riesgo de producir daños en la médula espinal. Es una lesión permanente y no modificable. El pronóstico de locomoción viene dado por el nivel y la extensión de la lesión.
Existen diferentes tipos: oculta, meningocele, mielomeningocele y siringomielocele.
El alumnado con EB de tipo mielomeningocele o meningomielocele es el que presenta NEE, ya que cursa con parálisis y debilidad muscular por debajo del nivel de la lesión (generalmente lumbar y sacra), alteraciones de la sensibilidad, trastornos ortopédicos (pies equinovaros, luxación de caderas, etc.), incontinencia urológica e intestinal, debilidad en los brazos y control manual fino disminuido y, en ocasiones, hidrocefalia. A veces, se observan alteraciones del carácter y lenguaje superficial, con dificultad para inhibir respuestas irrelevantes.
Lesión medular
Es una lesión en la médula espinal adquirida por un traumatismo que provoca una desconexión de las vías nerviosas, sensitivas y motoras con el cerebro. Es una lesión permanente y no modificable. Según el nivel de la lesión, los trastornos son variables: tetraplejia y paraplejia. Hay pérdida de sensibilidad por debajo de la lesión e incontinencia de esfínteres.
Las necesidades educativas que presenta el alumnado son las derivadas de su lesión en la médula, afectando los ámbitos de postura, movilidad y desplazamiento, manipulación, percepción cinestésica, autonomía personal e integración social, tanto en el entorno escolar como en el familiar.
- Miopatías (distrofia muscular progresiva de Duchenne, distrofia escapular de Landouzy-Djerine, distrofia muscular de Emery – Dreifus, distrofia muscular de Becker, distrofia muscular de Fukuyama, enfermedad de Steiner...
Distrofia muscular progresiva
Es una alteración del trofismo muscular que produce debilitamiento y degeneración progresiva de los músculos de acción voluntaria. Según el tipo de distrofia las consecuencias de la enfermedad varían desde formas benignas a muy graves. Estas últimas conllevan un progresivo deterioro físico que llega hasta la pérdida de la marcha, limita la capacidad respiratoria y disminuye la expectativa de vida.
Existen muchos tipos de distrofia muscular, las más frecuentes son: miotónica, de Duchenne, de Becker, del anillo óseo, facio-escapulo-humeral, congénita, oculo-faríngea, distal, Emery-Dreifuss.
El tipo más grave y frecuente es la enfermedad de Duchenne de Boulogne. Cursa con dificultades para realizar los cambios posturales (levantarse del suelo o de la silla). El ascenso por las escaleras es lento y laborioso, ayudándose siempre de los brazos. Su marcha es patológica y con dificultad para correr y saltar, con un deterioro progresivo de estas funciones. La capacidad de movimientos amplios de miembros superiores es limitada, con dificultad para separar los brazos del tronco y llevarlos a la cabeza. Pueden aparecer problemas emocionales ligados a la conciencia de la enfermedad.
Neuromiopatías
Son enfermedades congénitas, desmielinizantes y de evolución variable. Su grado de severidad varía desde formas asintomáticas hasta otras muy graves. En los casos leves se produce cierta parálisis en los miembros inferiores, sin impedir la marcha (aunque precisan de aparatos ortopédicos). En los muy graves existe imposibilidad para adquirir la deambulación. El tipo más frecuente es la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth.
Las NEE derivadas de la deficiente acción muscular repercutirán en las áreas postural, movilidad, desplazamiento, manipulación y autonomía.
- Malformaciones congénitas: amputaciones, luxaciones artrogriposis...
- malformaciones distróficas: acondroplasia, osteogénesis imperfecta (huesos de cristal) …
- microbiana: osteomielitis aguda, tuberculosis, óseo-articular...
- reumatismos infantiles
- lesiones ósteo-articulares
- etc.
Son lesiones evolutivas. Las alteraciones que se producen incluyen malformaciones que afectan a los huesos y a las articulaciones. Pueden ser de etiología congénita (artrogriposis y agenesias), distrófica (osteogénesis imperfecta) y adquirida (reumatismos infantiles y traumatismos).
Presentan poca movilidad por la rigidez articular, posturas viciosas antiálgicas (evitadoras del dolor) y, en general, dificultad postural por la dismetría segmentaria que tienen.
Las necesidades educativas afectan a la movilidad, postura, desplazamiento y manipulación, siendo menor la incidencia en otros ámbitos de la persona y del entorno escolar y familiar.
Por ejemplo: síndrome de Rett, encefalopatías mitocondriales, encefalopatías metabólicas, esclerosis múltiple, lesiones medulares degenerativas, cordones medulares, atrofias espinales (ataxia de Friedreich, ataxia teleangientasias, enfermedad de Charcot...), esclerosis lateral amiotrófica (ELA), etc.