Trastornos del desarrollo del lenguaje · TDL

El TDL (Trastorno del Desarrollo del Lenguaje) es un término que se ha propuesto para sustituir al TEL (Trastorno Específico del Lenguaje). El cambio de la denominación se ha producido para reflejar mejor la naturaleza heterogénea y multifactorial de este trastorno del neurodesarrollo que afecta la adquisición y uso del lenguaje en la infancia. 
Este cambio terminológico ha sido respaldado por estudios que enfatizan las dificultades funcionales que genera el trastorno y su pronóstico, así como la necesidad de una mayor claridad en la nomenclatura y los criterios diagnósticos. El TDL se caracteriza por presentar una variedad de manifestaciones sintomáticas, lo que lo diferencia del TEL. La evolución hacia el término TDL busca una mejor comprensión y abordaje de este trastorno, permitiendo una intervención más efectiva y adaptada a las necesidades individuales de cada persona afectada.

Se dice que el TDL es un trastorno invisible porque en muchos casos no se detecta ni se diagnostica adecuadamente. Estudiosas del trastorno, como Dorothy Bishop, psicóloga británica, profesora de la Universidad de Oxford y una de las principales investigadoras del TDL, consideran que el TDL es un trastorno invisible porque a pesar de ser muy frecuente y tener un impacto negativo en el desarrollo de los niños y niñas, es muy desconocido y poco reconocido por la sociedad, los profesionales y los medios de comunicación.

El profesorado debe conocer que el TDL (Trastorno del Desarrollo del Lenguaje) es una dificultad severa y persistente para adquirir, comprender y expresar el lenguaje oral y escrito, que afecta al desarrollo académico y social de los alumnos y alumnas que lo presentan. Es interesante que  el profesorado  conozca también  los signos de alerta del TDL en las diferentes etapas del desarrollo, así como los instrumentos de evaluación y las pautas de actuación.

El profesorado se enfrenta  al reto de  adaptar el currículo, la metodología y la evaluación a las necesidades educativas especiales o específicas de los alumnos y alumnas  con TDL, así como buscar las maneras de intervenir desde el aula para estimular y mejorar sus habilidades lingüísticas. La colaboración familia-escuela resulta esencial ante estas dificultades.

De esta manera, realizar una evaluación temprana y exhaustiva del lenguaje y otras áreas del desarrollo para identificar las fortalezas y debilidades del niño o niña y establecer un plan de intervención personalizado; fomentar la colaboración entre los profesionales de la educación y la familia para proporcionar un apoyo consistente y coordinado al niño o niña en todos los contextos;  y  promover la concienciación y la comprensión sobre el TDL entre la familia, el profesorado  y el entorno social del niño o niña, son requisitos indispensables para facilitar  la inclusión, bienestar emocional y social y el éxito académico del alumnado con TDL.

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